“Soy de un pueblo del Cesar que queda a cuarenta minutos de Valledupar”, dice Luis Miguel Fuentes quien, desde joven se trasladó a Medellín para estudiar Sociología e integrarse a Los Gigantes del Vallenato con quienes inició su carrera musical tocando en bares y estaderos e imponiendo sus primeros éxitos: Otro día será y Maldita soledad, de gran impacto en el país.
Su voz de matices románticos le ha permitido mantenerse, durante más de tres décadas, en el gusto musical de los colombianos gracias, también, a la confianza de los más importantes compositores. Wilfran Castillo, Iván Calderón Tico Mercado, Alejandro Sarmiento, son algunos de los creadores que le han entregado sus temas musicales. “Pienso que le he grabado a casi todos los compositores del vallenato romántico”, dice el artista.
Luis Miguel Fuentes considera que la nueva ola del vallenato es importante porque es la expresión de una nueva sangre. “Se siguen haciendo cosas buenas; lo importante es que esos cambios generacionales, día a día, vayan proponiendo cosas diferentes para que nuestra música crezca de acuerdo a su modus vivendi, a su idiosincrasia, al modo de vida actual e intentando conservar las raíces del vallenato”.
Para Luis Miguel Fuentes, la juventud de hoy experimenta con las canciones de ayer, está en un proceso que le permite conocer la música vallenata romántica y considera que ello garantiza la vigencia de artistas de mucho éxito en la década de los 90 y la primera década del siglo XXI. Su actual acordeonista es Eddy Álvarez de Montelibano, Córdoba, con quien le sigue cantando al amor e imponiendo canciones como La sigo amando, Maldita vida sin ti, Inalcanzable, Mi felicidad y muchos otros.
Fuentes compartió conciertos con Diomedes Díaz y Rafael Orozco a quienes considera los más importantes exponentes del vallenato. “La música de ellos nunca muere, es el punto de referencia, sobre todo, Rafael Orozco en la línea romántica y el gran Diomedes Díaz con su carisma y esas letras que llegaron a toda Colombia y a muchas partes del mundo”.
Es un hombre accesible que sabe manejar el reconocimiento, reside en Medellín donde, para enfrentar la pandemia de COVID-19 que afecta al país, se inventó la caravana de la alegría. “En un trabajo mancomunado con las autoridades, llevamos un planchón, lo ubicamos en algunos sectores y le cantamos a la gente para que se distraiga un poco mirando desde sus edificios. Hemos ido con esta caravana a muchos municipios en Antioquia”.
Un artista íntegro y respetuoso que ocupa un lugar de privilegio entre los más destacados intérpretes del vallenato en Colombia, un peso pesado de la música cuyo talento le ha valido el aprecio y el afecto de la gente, se despide con un humilde “Dios me lo bendiga, bonita entrevista”, palabras que ratifican la calidad humana y la imagen que proyecta.
Luis Miguel Fuentes, desde ya, anuncia que prepara nuevos proyectos musicales con los que próximamente sorprenderá a los colombianos.
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