Una multitudinaria marcha se llevó a cabo en Pupiales, al sur de país, rechazando la detención arbitraria de los soldados Nelson Vásquez Reina y Edwer Paz Pantoja, el primero oriundo de ese municipio nariñense. Los militares fueron secuestrados en la vereda La Herradura del Municipio de Cumbitara por el grupo armado residual Franco Benavides de las FARC, quienes además incineraron dos vehículos, según información del ejército nacional.
La familia del soldado profesional Vásquez Reina la integran su esposa Sandra Milena Acosta y los niños María Paula y Nelson Camilo Vásquez de 5 y 10 años, respectivamente. “Para nosotros ha sido muy duro –dice entre lágrimas Sandra Milena–, los niños necesitan mucho de su papá, lo están extrañando, todos los días me preguntan y yo a veces no sé qué responderles”.
“Nelson es un excelente padre, un excelente esposo e hijo; siempre estaba a nuestro lado para lo que pudiéramos necesitar”, agrega Sandra quien, a su vez, agradece a los miles de ciudadanos que se unieron para marchar por la libertad. Instituciones educativas, sectores académicos, líderes sociales de diferentes tendencias y la comunidad en general, no sólo rechazó la violencia de los grupos armados, sino que sentó una posición enérgica contra el gobierno nacional y sus políticas relacionadas con el trato que se les está dando a los grupos criminales que operan en el territorio nacional.
Es de aclarar que, en los últimos meses, el recrudecimiento de la violencia en Nariño se incrementó de manera alarmante con atentados, plan pistola y retenciones de militares que están dejando a la ciudadanía en una situación de indefensión y con la extraña sensación de que se retorna a los peores momentos de la historia cuando la guerrilla y los grupos al margen de la ley hacían de las suyas sometiendo y asesinando y generando desplazamientos masivos de los sectores rurales.
Prueba de supervivencia
En las últimas horas, el frente Franco Benavides del bloque occidental de las FARC que opera en Nariño mediante un video reivindicó el secuestro de los militares Nelson Vásquez Reina y Edwer Paz Pantoja que, según los sediciosos, se encuentran en buen estado de salud y se les está respetando su integridad y derechos humanos.
“Como organización armada político militar –dicen ellos– ponemos en conocimiento de que los dos soldados se encuentran en perfecto estado de salud y no han sido vulnerados sus derechos como prisioneros de guerra”.
Lo cierto es que, más allá de un comunicado de esa naturaleza, el secuestro es uno de los delitos más repudiables, el cual, carece de justificación alguna y somete a las peores vejaciones de la condición humana a quienes lo padecen. “Prisioneros de guerra”, dicen los sediciosos de las FARC, ¿no habían pactado entonces un proceso de paz con el gobierno de Juan Manuel Santos, un desarme consensuado que les permitía retornar a la vida civil?
La realidad es que no. Históricamente los procesos de paz en Colombia han representado un absoluto fracaso. Es el momento en que las guerrillas aprovechan para fortalecerse militarmente, los viejos que lideran esas organizaciones terminan en el congreso y los sediciosos se desperdigan por todos lados perpetuando así su accionar de violencia.
Hoy son dos nariñenses los que perdieron la libertad, Nelson Vásquez Reina y Edwer Paz Pantoja. Hay un Premio Nobel en el país por la farsa que representó el último proceso de paz y hay un nuevo proceso en marcha que el actual mandatario llama la paz total.
Sin embargo, la realidad es la misma: el país se desangra en medio de un conflicto intestino que es alimentado con los dineros oscuros del narcotráfico y una violencia creciente bajo la mirada complaciente del nuevo gobierno. Sólo nos queda pensar que ojalá pronto, en verdad, lleguen los mejores tiempos; esos que por ahora los vemos lejanos.
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