Para Mario Cepeda: “Pupiales debe recuperar sus valores históricos”
- Albeiro Arciniegas Mejía
- hace 12 horas
- 3 Min. de lectura

Mario Cepeda es un abogado nariñense que llegó al periodismo con el fin de informar, generar opinión y proponer.
Cepeda no llegó al periodismo por accidente ni por moda. Su relación con la prensa se remonta a la infancia, a los periódicos que circulaban por su casa y a una temprana fascinación por la letra impresa. “Siempre he tenido una fijación con la palabra, con la prensa”. En ese contacto cotidiano se fue gestando una vocación que con los años encontraría su cauce en el periodismo independiente.
Durante su paso por la Universidad Nacional de Colombia, a donde accedió gracias a una beca, comenzó a visibilizar procesos sociales y culturales a través de publicaciones en Diario del Sur y en iniciativas teatrales y digitales que, para su época, exigían más convicción que recursos. Eran años en los que lo digital aún era un territorio incierto, pero ya se anunciaba como una posibilidad de expansión para las voces regionales.
El retorno a Nariño marcó un punto de inflexión. En Tumaco, uno de los municipios más golpeados por la violencia estructural del país, Cepeda ingresó de lleno a los medios de comunicación: primero a la radio, luego a la televisión. Y entendió que el periodismo, además de narrar, podía cumplir una función política en el sentido más amplio: hacer visibles los territorios históricamente marginados y disputar la hegemonía de los relatos impuestos desde el centro.
Su formación como jurista resultó clave en ese proceso, pues es abogado con especialización en Derecho Constitucional y una maestría en Estudios Políticos, estudios que sirven para complementar su mirada periodística con una sólida comprensión del poder, el Estado y la violencia. A ello se suma su paso por la Universidad de los Andes, donde cursó estudios en desarrollo regional y planificación urbana, herramientas técnicas que –según él– permiten no solo criticar, sino también proponer.
Ese cruce de saberes se cristalizó en Página 10, un medio que Cepeda define como algo más que un portal informativo. Se trata de un proyecto regional, cultural y político que busca integrar las múltiples voces de Nariño y construir un relato de unidad. “La costa, la sierra, la Amazonía: todos hacen parte del mismo departamento”, dice, en un contexto donde las fracturas territoriales suelen profundizarse por las diferencias económicas y sociales.
Como todo medio que ejerce control, Página 10 no está exenta de tensiones. Cepeda asume el rol del periodismo como el contrapeso del poder, una posición que incomoda a gobiernos locales y nacionales y que genera censuras, conflictos judiciales y amenazas, pero también un debate abierto ante la opinión pública. “Nosotros no atacamos personas, cuestionamos actuaciones administrativas que es distinto”.
La independencia editorial le valió etiquetas contradictorias; para algunos es “petrista”, para otros “uribista”, dentro de esa dicotomía absurda y ridícula con que algunos explican la realidad nacional. Claro, Cepeda lo asume con ironía: no es un asunto de partidos, sino de verdades, de revisar inversiones, decisiones y efectos concretos del poder sobre la gente.
Cuando habla de Pupiales, su municipio natal, el tono cambia. Aparece el agradecimiento, la memoria y una preocupación profunda por la crisis administrativa que atraviesa la localidad. Pupiales, dice, fue durante décadas cuna del pensamiento y referente regional, una identidad que hoy parece diluirse. La inestabilidad institucional, la ausencia de certezas y la falta de liderazgo claro generan un mensaje desalentador para la comunidad.
Cepeda insiste en la necesidad de recuperar los valores históricos de Pupiales; la educación, el trabajo, el conocimiento y la proyección regional e internacional. Y recuerda que su tierra dio figuras destacadas al país y al mundo y que eso es un valor agregado en los momentos de crisis. Para Cepeda, ejercer el periodismo en Nariño no es solo narrar la realidad, sino llenarla de significados pues, como aprendió desde niño, la palabra construye territorio.


